En tu nombre llevabas los Dolores
que puede soportar el ser humano
y en tu espíritu humilde y franciscano
una luz interior quebrando albores.
Equilibrando místicos favores
el hombre te trató con dura mano
y la calumnia a ritmo cortesano
tu senda fue sembrando, y no de flores.
La Historia, vil matrona, te ha tundido,
la calumnia en tu fama se ha cebado
y tu honor de mujer se ha resentido.
Pero Cristo de amores te ha llagado
y ha puesto en tu jardín el santo Olvido
y la infamia y la calumnia ha sublimado.
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