Antonio Jesús Blanco Sánchez
En el rastrillo que cada domingo se hace en Jerez de la Frontera, en el recinto ferial, el que este artículo suscribe vio en un puesto, entre otras muchas medallas, una pequeña y peculiar pieza devocional de aluminio, bastante antigua que nos llamó la atención. La leyenda del anverso era “Nuestra Señora del Olvido, Triunfo y Misericordias”, y en el reverso “Recuerdo del centenario. 1831-1931”, para conmemorar la aparición de la Virgen a Sor Patrocinio, que tuvo lugar en el convento del Caballero de Gracia de Madrid el 13 de agosto de 1831, cuyo culto fue aprobado en su día mediante una bula del papa Gregorio XVI (1831-1846) .
Esta reliquia del primer tercio del pasado siglo está en mi poder desde el 16 de octubre de este año 2022, día de Santa Margarita María de Alacoque. ¿Cómo habría llegado hasta aquí este pequeño tesoro?

La devoción a Nuestra Señora en este siglo de sucesivas crisis políticas y religiosas, con persecuciones incluidas. Durante esta centuria decimonónica el catolicismo español y europeo vivió vicisitudes no demasiado felices en el marco de las revoluciones liberales y de los movimientos obreros anticlericales. Solo la pequeña llama devocional del pueblo hizo posible que no se extinguiera en la impiedad la joya inmaterial de nuestras creencias más profundas.

En mi lógica modestia de un estudiante veinteañero de Ciencias Religiosas en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas Asidonense, centro asociado a la Facultad de Teología de San Isidoro de Sevilla, informé del hallazgo a Don Javier Paredes, insigne estudioso al que tuve la oportunidad de conocerle personalmente durante mi estancia en Madrid, el 13 de agosto de 2022, precisamente festividad de Nuestra Señora del Olvido, Triunfo y Misericordias. Casualidad o providencia. Mi más profundo agradecimiento a don Javier Paredes, por poder compartir este hecho cuanto menos insólito.
Actualmente, estoy descubriendo mi faceta de investigador novel, empapándome en el desarrollo evolutivo de la Orden de la Inmaculada Concepción, referente monacal con cinco siglos de antigüedad nacida en el corazón de Santa Beatriz de Silva. De todos los personajes que van a pasar por mi Trabajo de Fin de Grado destaca una figura de la Venerable Madre Sor Patrocinio, a la que le tocó vivir los tiempos críticos, en los que también se desarrolla la devoción a una advocación decimonónica mariana como la que aparece en esta medallita. Todo lo coetáneo a esa consejera espiritual de los Reyes Doña Isabel II y Francisco de Asís de Borbón, es un monumento a la obra de Dios en tiempo muy difíciles.
Como diría el Doctor Javier Paredes: “a veces pasan cosas”, y doy fe de que pasan, pero eso daría para más de un artículo, y esto que aquí aparece tiene más de crónica que de ensayo.
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