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SOR PATROCINIO

1811-1891

Autor

jparedes51

CULTOS DE LA VIRGEN DEL OLVIDO DEL 4 DE MARZO DE 2023

EL próximo día 4 de Marzo de 2023,  primer sábado de mes, tendrán lugar los Cultos de la Virgen del Olvido, en el Monasterio de las Concepcionistas Franciscanas de la calle Blasco de Garay nº 51, con el siguiente horario:

17,00 Quedará expuesto el Santísimo en la Custodia y comienza la adoración.

18,45, Rosario

19,15 Meditación de don José Luis Aberasturi

19,45 Bendición con el Santísimo

20,00  Santa Misa.

Al concluir la Santa Misa, se cantará la Salve de la Virgen del Olvido.

Desde la 5 de la tarde Don José Luis Aberasturi estará en el confesonario

UNA MEDALLA DE NUESTRA SEÑORA DEL OLVIDO, TRIUNFO Y MISERICORDIAS

Antonio Jesús Blanco Sánchez

En el rastrillo que cada domingo se hace en Jerez de la Frontera,  en el recinto ferial, el que este artículo suscribe vio en un puesto, entre otras muchas medallas, una pequeña y peculiar pieza devocional de aluminio, bastante antigua que nos llamó la atención. La leyenda del anverso era “Nuestra Señora del Olvido, Triunfo y Misericordias”, y en el reverso “Recuerdo del centenario. 1831-1931”, para conmemorar la aparición de la Virgen a Sor Patrocinio, que tuvo lugar en el convento del Caballero de Gracia de Madrid el 13 de agosto de 1831, cuyo culto fue aprobado en su día mediante una bula del papa Gregorio XVI (1831-1846) .

Esta reliquia del primer tercio del pasado siglo está en mi poder desde el 16 de octubre de este año 2022, día de Santa Margarita María de Alacoque. ¿Cómo habría llegado hasta aquí este pequeño tesoro?

La devoción a Nuestra Señora en este siglo de sucesivas crisis políticas y religiosas, con persecuciones incluidas. Durante esta centuria decimonónica el catolicismo español y europeo vivió vicisitudes no demasiado felices en el marco de las revoluciones liberales y de los movimientos obreros anticlericales. Solo la pequeña llama devocional del pueblo hizo posible que no se extinguiera en la impiedad la joya inmaterial de nuestras creencias más profundas.

En mi lógica modestia de un estudiante veinteañero de Ciencias Religiosas en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas Asidonense, centro asociado a la Facultad de Teología de San Isidoro de Sevilla, informé del hallazgo a Don Javier Paredes, insigne estudioso al que tuve la oportunidad de conocerle personalmente durante mi estancia en Madrid, el 13 de agosto de 2022, precisamente festividad de Nuestra Señora del Olvido, Triunfo y Misericordias. Casualidad o providencia. Mi más profundo agradecimiento a don Javier Paredes, por poder compartir este hecho cuanto menos insólito.

Actualmente, estoy descubriendo mi faceta de investigador novel, empapándome en el desarrollo evolutivo de la Orden de la Inmaculada Concepción, referente monacal con cinco siglos de antigüedad nacida en el corazón de Santa Beatriz de Silva. De todos los personajes que van a pasar por mi Trabajo de Fin de Grado destaca una figura de la Venerable Madre Sor Patrocinio, a la que le tocó vivir los tiempos críticos, en los que también se desarrolla la devoción a una advocación decimonónica mariana como la que aparece en esta medallita. Todo lo coetáneo a esa consejera espiritual de los Reyes Doña Isabel II y Francisco de Asís de Borbón, es un monumento a la obra de Dios en tiempo muy difíciles.

Como diría el Doctor Javier Paredes: “a veces pasan cosas”, y doy fe de que pasan, pero eso daría para más de un artículo, y esto que aquí aparece tiene más de crónica que de ensayo.

EL ARBITRARIO E ILEGAL JUICIO AD HOC CONTRA SOR PATROCINIO

 

Sor María Rafaela de los Dolores y del Patrocinio (en el mundo, María Josefa de los Dolores de Quiroga Cacopardo), más conocida como Sor Patrocinio, era una monja concepcionista que se hizo célebre por sus estigmas, esto es, por mostrar en su cuerpo las llagas que padeció Jesús durante la Pasión. Fue conocida —y se la conoce— como la monja de las llagas debiendo, además, su popularidad a los diversos éxtasis que tuvo y a la aparición, en su presencia, de la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora del Olvido, Triunfo y Misericordias (conocida como la Virgen del Olvido).

Sor Patrocinio nació en 1811 y, antes de profesar como monja, la pretendió Salustiano Olózaga, joven abogado y uno de los notables del Partido Progresista que, con la complicidad de la madre de Sor Patrocinio y sin consultarla planearon la boda.

Sor Patrocinio se negó a este proyecto e ingresó en el madrileño convento del Caballero de Gracia, y Salustiano Olózaga despechado, al no ser correspondido, aprovechó sus influencias políticas y su relación con Mendizábal, presionando al Gobierno, para que se ordenara la apertura de una causa penal contra ella, lo que se llevó a cabo por Real Orden del Secretario de Estado y del Despacho de Gracia y Justicia “para averiguar el origen y procedencia de las llagas que, en las manos, pies, costado izquierdo y cabeza, en forma de corona, tenía dicha religiosa Sor Patrocinio, y a las que quería dar o se daba el carácter de sobrenaturales o milagrosas, con lo demás que se propalaba respecto de la misma[1]”, todo justificado con un informe-certificado del subdelegado especial de policía, que exponía que lo que le ocurría a la monja afectaba a la “tranquilidad del Estado y la seguridad del trono”. Se le acusaba de utilizar su fama de santidad para favorecer la causa carlista, uno de los dos bandos que luchaba en la guerra civil desde 1833, como consecuencia de la Pragmática Sanción de Fernando VII que reconocía a Isabel II como heredera al trono, contra las pretensiones de don Carlos.

Sin denuncia del Promotor fiscal —lo que hoy sería el Ministerio Fiscal—, encargado de instar la investigación de los delitos públicos, y con base a dicha certificación del comisario de Policía, por auto del juez de Primera Instancia de fecha 7 de noviembre de 1835 se presenta en el madrileño convento del Caballero de Gracia, donde estaba enclaustrada, un piquete de la Guardia Nacional, el propio juez, el secretario, una escolta y muchos curiosos que se arremolinaron en los alrededores del sacro edificio, y la “sacaron entre bayonetas”, cual si fuera una peligrosa criminal, recluyéndola mientras se instruía la causa en una casa particular, a donde la visitará el receloso Olózaga instándola a que dejara la clausura, se casara con él “y todo zanjado”, a lo que ella, obviamente, no cederá. Sor Patrocinio fue detenida y privada de libertad sine die para ser juzgada por “impostura respecto al origen de sus llagas”, por simular un milagro (haber sido trasladada por el diablo al puerto de Guadarrama y luego restituida en el tejado de su convento).

Durante la instrucción, se llevó a cabo una inspección ocular de las llagas por parte de tres facultativos elegidos y designados por el Juez, para contrarrestar la opinión de que la Medicina nada tenía hacer en esas llagas, postura que hasta entonces había sostenido el médico de la comunidad, el prestigioso Manuel Bonafós[2], reconocido doctor del Hospital de San Carlos de Madrid, equivalente a la Facultad de Medicina. Por su parte, los tres médicos designados por el juez declararon que las llagas eran unas heridas naturales y se comprometieron a curar cada una de ellas en plazos concretos.

Por su parte, el juez se negó a admitir la petición de la comunidad concepcionista de que acompañase a los tres facultativos por él designados otro médico, “el que ellas señalasen”. Y además, se produjeron nuevas “visitas” de Salustiano Olózaga a Sor Patrocinio, gobernador civil de Madrid desde el 29 de noviembre de 1835, que no doblegaron a la monja, por lo que el pretendiente despechado instó al juez a que se levantara acta de la curación, lo que así hizo previa inspección de las llagas a la que asistió Salustiano Olózaga. Así concluyó el sumario para proceder “al castigo de los que resultasen reos”. Reclamadas las diligencias originales de la policía, estas nunca aparecieron. Una vez que Olózaga comprobó que no tenía ninguna posibilidad de conseguir sus propósitos, el 23 de enero de 1836, Sor Patrocinio fue traslada desde la casa particular donde la habían recluido a la cárcel de mujeres de Madrid, conocida popularmente como “Las Arrepentidas”, donde permaneció hasta que se dictó sentencia.

Salustiano Olózaga (1805-1873)

El 7 de febrero de 1836 se produce la confesión de Sor Patrocinio, coactivamente arrancada sin presencia de abogado defensor, según la cual en los tiempos en los que se encontraba en el convento, un religioso capuchino de El Pardo, al que no se le tomó declaración “por no ser habido”, la sermoneó y la dio “una bolsita, en que dijo conservaba una reliquia que aplicada a cualquier parte del cuerpo causaba una llaga, que debía tenerse abierta para seguir padeciendo y teniendo tal mortificación, ofreciendo a Dios los dolores como penitencia de las culpas cometidas y que pudiera cometer, y alcanzaría el perdón de ella[3]”. Con la confesión antedicha se tuvo por conclusa así la causa. Se dio traslado al Promotor fiscal que renunció a más pruebas y manifestó que en “atención a los sufrimientos que voluntaria o involuntariamente había padecido Sor Patrocinio, se la pusiese por vía de corrección en encierro a un convento de su orden lejos de esta Corte[4]”, sin duración determinada.

El Promotor fiscal no se refiere en su escrito a ningún delito “tipificado” en ninguna ley, mencionando la “notoria impostura llevada a cabo por la desgraciada Sor Patrocinio en complicidad con las madres priora y vicaria, otras monjas y un sacerdote”, al haber quedado demostrado que “las llagas y heridas y su curación fueron efectos de causas naturales”, resultando de todo ello “dos delitos: uno contra la religión y otro contra el Estado” de los que les hacía responsables “pues no puede negarse que ella con más o menos culpa es la principal autora de esta escandalosa farsa”, a pesar de exponer que “ni la iglesia ni el Estado han padecido o sufrido nada, pese que a ello tendían las farsas”.

Tras ello, por primera vez, se le dio traslado al abogado defensor que solicitó “la absolución libremente de todo cargo”. La defensa consideró a Sor Patrocinio víctima, en todo caso, del padre capuchino (de quien nunca se supo más), “director de la farsa” según testigos de referencia, solicitando la absolución por no haberle supuesto a la monja ningún beneficio o utilidad todo cuanto dijo haber sufrido o vivido, ni perjuicio para nadie.

La sentencia de fecha 25 de noviembre de 1836, “considerando el arrepentimiento y la franqueza de Sor Patrocinio con que ha contribuido al descubrimiento de la verdad en justa satisfacción del Gobierno de S. M. y saludable desengaño al público”, condenaba a la religiosa a ser trasladada a otro convento “que se halle al menos a distancia de 40 leguas de esta corte”, encargándose a la abadesa del mismo que la vigilase concienzudamente, sin condena en costas. También fueron condenadas otras monjas y el vicario.

A partir de aquí se suceden diversos destierros y el exilio a Francia (tras la Revolución de 1868), además de diversos atentados frustrados con arma de fuego contra Sor Patrocinio, la cual no escatimó esfuerzos para formar a novicias, fundar conventos…, hasta que murió con fama de santidad en 1891 en el convento del Carmen de Guadalajara, donde está enterrada. En 1907 comenzó su proceso de beatificación, en el que se consultó incluso a la propia Isabel II que destacó sus virtudes. Actualmente, está considerada “sierva de Dios”.

Tras la lectura de las actas judiciales que he llevado a cabo, asombra la cantidad de irregularidades (hoy llamaríamos causas de nulidad) de este proceso. Toda una farsa de proceso. Primero: es asombroso que se someta a enjuiciamiento por un tribunal no canónico la averiguación del carácter natural o sobrenatural de las llagas y la veracidad de los milagros. Segundo: la causa se inicia por orden del Gobierno (Ministerio de Gracia y Justicia), a raíz de las intrigas de Salustiano Olózaga, que, casualmente, había sido pretendiente de la monja antes de entrar en el convento, él con la ayuda de la madre de Sor Patrocinio prefabricó la certificación del comisario de Policía y estuvo, pese a ser el denunciante, acosándola mientras estuvo recluida, presente en todas las diligencias, mostrando un “interés” harto que sospechoso. Tercero: el Juez, con una dependencia inusitada del ejecutivo, está dando cuenta de su hacer de manera constante al Ministerio, sometiéndose a sus órdenes e indicaciones del gobernador civil, sin dar traslado, en cambio, al abogado defensor, no permitiéndose el derecho de defensa a Sor Patrocinio, negándole las diligencias de prueba que solicitó, así como que estuviera asistida de abogado en las diligencias y, muy en especial, en la que llaman “confesión” del 7 de febrero de 1836. Y cuarto: se vulneró el principio de legalidad y tipicidad, por no ser delito alguno los hechos por los que fue condenada, ni estar tipificada la “impostura” que se dice se llevó a cabo por la monja, sin consecuencias a terceros, quedando al albur de los intereses políticos, además de los vengativos de Olózaga el final de este juicio, guiado por el “arbitrio judicial” —al que seguidamente me referiré— y con absoluta falta de motivación y de prueba (solo se tomó declaración a “testigos” elegidos por el gobernador civil) en el relato de su sentencia, dictada por el mismo Juez que llevó la inquisitorial instrucción.

Sobre el arbitrio judicial conviene recordar que el Código Penal de 1822 (el primero español) quedó derogado al poco tiempo de entrar en vigor como consecuencia de la instauración de nuevo del régimen absolutista por Fernando VII, lo que supuso que recobrara su vigencia las fuentes del Derecho del Antiguo Régimen —según el orden de prelación establecido por el Ordenamiento de Alcalá de 1348, ratificado posteriormente por las Leyes de Toro, la Nueva Recopilación y la Novísima Recopilación—. El nuevo Derecho penal codificado sería de 1848. Así, entre el primer y el segundo código penal se aplicó en España un derecho penal de origen bajomedieval en la parte que no estaba en desuso por los tribuales por la dureza de las penas, caracterizado (i) por el carácter inquisitivo y la no sujeción al principio de legalidad y a todos los principios del proceso criminal que tengan que ver con el derecho de defensa y (ii) por el arbitrio de los jueces, que les proporcionaba un amplio margen de actuación a la hora de juzgar y que estaba autorizado por el propio legislador, dejando que los jueces, a su arbitrio, impusieren el castigo o corrección que creyeran más adecuado para cada hecho que ellos consideraran reprobable y para cada acusado, lo que permitía, igualmente, todo descontrol de las conductas abusivas de los jueces en el uso de “arbitrium judicis”. No hay duda de que el arbitrio judicial, al que se une además la falta de motivación de las sentencias, se convirtió en instrumento propicio para abrir causas ad hoc, como la abierta a Sor Patrocinio, utilizada por intereses políticos y personales.

Santiago Milans del Bosch y Jordán de Urries

Abogado. Juez y Fiscal en excedencia.

Académico correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.


[1] Exactamente estas son las palabras que figuran en la portada, a continuación del título, de la publicación oficial Causa Formada contra Doña María de los Dolores Quiroga o sea Sor María Rafaela del Patrocinio. Madrid 1837.  Imprenta de la Compañía Tipográfica. 43 páginas.

[2] El curriculum de Manuel Bonofós está publicado en Javier Paredes, Las llagas de la monja. Sor Patrocinio en el convento del Caballero de Gracia. Madrid 2015. Página 117.

[3] Causa formada…, ob., cit., pág. 24.

[4] Ibidem, pág. 27.

FOTOGRAFÍA DE LA VIRGEN DEL OLVIDO, TRIUNFO Y MISERICORDIAS REALIZADA EN 1860, EN VIDA DE SOR PATROCINIO




Fotografía de la Virgen del Olvido, Triunfo y Misericordias
Autor José M. Sánchez
Realizada sobre 1860
Esta foto se encontraba en el Real Palacio de Aranjuez y con fecha 29-III-2006 se trasladó al ARCHIVO GENERAL DE PALACIO . Fondo fotográfico Signatura  10022177

Capítulo V de la VIDA ADMIRABLE. La aparición de la Virgen del Olvido

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CULTOS DE LA VIRGEN DEL OLVIDO

ADORACIÓN Y SANTA MISA EL PRIMER  SÁBADO DE AGOSTO

LOS RESTANTES SÁBADOS DE AGOSTO NO HABRÁ CULTOS DE LA VIRGEN DEL OLVIDO, QUE SE REANUDARÁN EL PRIMER SÁBADO DE SEPTIEMBRE

EN EL CONVENTO DE LAS CONCEPCIONISTAS FRANCISCANAS DE LA CALLE BLASCO DE GARAY Nº 51 DE MADRID

 

 

 

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Casulla bordada por Sor Patrocinio

 

EL SÁBADO 1 DE AGOSTO PROSIGUEN LOS CULTOS DE LA VIRGEN DEL OLVIDO Y AUNQUE SEA PRIMER SÁBADO DE MES EMPEZAREMOS POR LA TARDE, A LAS 17 HORAS, CON EL SIGUIENTE HORARIO:

17,00  Se expondrá el Santísimo Sacramento a la adoración.

19,15 Santo Rosario.

19,45 Bendición

20,00 Santa Misa

Desde la cinco de la tarde hasta la hora de la Misa, Don José Luis Aberasturi estará en el confesonario, para atender a quien lo desee.

SOR PATROCINIO Y EL DON DE PENETRAR LAS CONCIENCIAS

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Para conmemorar el tránsito de Sor Patrocinio (27-I-1891) reproduzco estos párrafos de mi libro Las llagas de la monja. Sor Patrocinio en el convento del Caballero de Gracia Páginas 184-186

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Sor Patrocinio fue juzgada y declarada injustamente culpable de utilizar sus dones extraordinarios para favorecer al bando carlista, más tarde los mismos la acusaron de apoyar a la reina contra la que lucharon los carlistas, y oculta su verdadera vida por toda esta serie de mentiras y calumnias, llevamos demasiado tiempo sin saber quién fue Sor Patrocinio. Pues bien, descubramos una faceta de su vida. En ocasiones, a Sor Patrocinio se le concedió el don de penetrar en el interior de las conciencias y no dudó en utilizarlo, no para satisfacer intereses bastardos o curiosidades malsanas, sino para provocar la conversión del corazón y llevar a las almas a Dios. La madre Pilar cuenta en su escrito algunos casos, hay muchos, pero vamos a referir aquí tres casos bien distintos por tratarse de personaje tan diferentes como los masones, un noble y un sacerdote.

El primer caso lo cuenta Sor Isabel de los Remedios: “He dicho que penetraba los más íntimos secretos del alma y así es; no solo yo, sino otras a quienes se lo he oído, teníamos la experiencia de que penetraba el interior, causando en muchas ocasiones con solo presentarse la paz y sosiego a veces perdido; y esto no solo las religiosas, sino también los seglares. Me consta que hizo muchas conversiones y arreglos de vida, y haber sacado de la maldita secta masónica a varios personajes, no pudiendo dejar de hacer lo que aquella santa les aconsejaba pues su dulzura subyugaba y arrastraba al bien; tenía una mirada sumamente modesta y dulce, pero al mismo tiempo tan penetrante, profunda y perspicaz que no se podía sostener, y cuando se fijaba no se podía menos de bajar a buscar los rincones de la conciencia, porque claramente se conocía que había penetrado los secretos de ella, y así ganó muchas almas para su Dios y las sacó de la boca del Dragón infernal”. Sor María Isabel de Jesús, Breve reseña…ob., cit., p. 149.

El segundo caso es el de un noble, con un alto puesto en el palacio de la reina Isabel II, y lo cuenta el doctor Juan González de San Román: “También me refirió el marqués de Valderas lo siguiente: Era este señor Secretario de la Estampilla de palacio en tiempo de Isabel II, la cual le dio un rollo de papeles para que los llevara a la madre Patrocinio al convento de Madrid. El señor conde contestó, irrespetuosamente, que estaba harto de esa monja milagrera, embaucadora y embustera, y por consiguiente ponía a disposición el cargo que desempeñaba, del cual hacía dimisión y se retiró. Pero después de haber salido de la cámara, recapacitó que había obrado mal y seguidamente volvió a ver a S. M., pidiéndole perdón y aceptando el encargo que le había hecho; salió de palacio, tomó el coche y sin detenerse ni hablar con nadie fue a llevar el rollo de papeles a la madre Patrocinio, la cual al verle le dijo: ‘Sr. marqués, ¿cómo viene V. a visitar a esta monja milagrera, embaucadora y embustera?’ Al oír el Sr. marqués estas palabras, cayó de rodillas pidiéndola perdón, comprendiendo que en aquello había algo de sobrenatural, por haber inspirado Dios a la madre las palabras que él había pronunciado; de tal manera influyó en el modo de ser del marqués este hecho, que varió completamente de vida, cumpliendo los oficios de cristiano desde entonces, que por espacio de veintitantos años había tenido en el más completo abandono. Este hecho nos lo contó el marqués de Valderas a mi esposa y a mí en el convento de Guadalajara, donde nos encontramos por casualidad y donde yo fui por ver a mi hija que estaba de educanda en dicho convento; estando en el locutorio la madre Patrocinio con nosotros, principió a contar el hecho ya referido, a lo cual se opuso fuertemente la madre Patrocinio; pero insistiendo el marqués, la madre se retiró salvando así su modestia y dando una prueba más de la humildad que la distinguía”. ADT. Proceso de Beatificación, tomo II, fols. 1.031 vto. y 1.032.

El tercer caso tiene que ver con un sacerdote, y no me cabe duda que Sor Patrocinio tuvo que hacerse una gran violencia para decirle al sacerdote lo que lo dijo. Cuenta lo sucedido Sor María Margarita del Pilar: “Recuerdo que me contaron, no sé si el padre Estarta o algunas religiosas, que una vez llamó nuestra Madre a un sacerdote, cuya misa estaba oyendo y le dijo que estaba diciendo la misa en pecado mortal, y el sacerdote contestó que sí era cierto, extrañándose que la madre los supiera pues creía que solo Dios y él lo sabían”. ADT. Proceso de Beatificación, tomo II, fol. 977 vto.

Javier Paredes

 

LAS BANDERAS DE ESPAÑA BORDADAS POR SOR PATROCINIO

Bandera 4

 

La doctora Julia Bordonado, que además de ser una prestigiosa profesora de Universidad es devota de la Virgen del Olvido ha localizado en el Museo del Ejército de Toledo las dos banderas que bordaron Sor Patrocinio y sus monjas para el ejército español que participó en la Primera Guerra de Marruecos (1859-1860). Estas banderas estuvieron en combate e incluso una de ellas tiene sangre de un soldado español.

 

Esta es una prueba más de que es verdad todo lo se cuenta en el libro de la Vida Admirable , que es la biografía de Sor Patrocinio escrita por su secretaria. Reproducimos a continuación lo que se dice en el capítulo XXVII de este libro respecto a estas dos banderas.

 

«Recogidas en su retiro de San Pascual de Aranjuez y entregadas, enteramente, al divino servicio, vivían las religiosas cuando, estallando la guerra de España con el Imperio marroquí  y encendido el fuego patrio en los corazones de los buenos españoles, una sola era la aspiración de todos: luchar y vencer a los seculares enemigos de España, y una misma su acción para obtener el definitivo triunfo y celebrar la victoria, puesta la confianza en Dios y en el valor de nuestros guerreros.

 

M. la Reina Dª Isabel II, que nada hacía que no lo encomendase antes a las oraciones de mi Madre Patrocinio y que no lo pusiese bajo la protección de la Santísima Virgen del Olvido, apenas se declaró la guerra contra el moro, se dirigió en súplica a la Sierva de Dios, para que le encomendase el triunfo de nuestras armas, haciendo tanto ella como sus religiosas, oraciones públicas y rogativas en desagravio a la divina Majestad, ofendida por los pecados de los hombres. Mi Madre bendita, que ardía toda en santo celo, y que, juntamente con el amor divino, sentía en su pecho, muy vivo, el amor patrio, enardecida toda con la noticia y súplica de la Soberana, escribió enseguida a todos sus conventos, ordenando a las religiosas que orasen sin cesar en Comunidad, por los fines expresados, y prescribiéndoles, al mismo objeto, penitencias convenientes en particular y en común. Efectivamente, todo se hizo con el rigor que se acostumbraba en las mayores necesidades.

 

La Rda. Madre Purificación, nos describe detalladamente algunas de estas procesiones y rogativas. «Iban las religiosas, (dice esta Madre) descalzas unas, coronadas de espinas otras, con grandes cruces y sogas por el cuello las demás, y todas con instrumentos de penitencia recorrían los claustros del convento. ¡Espectáculo conmovedor que hubiera arrancado lágrimas al corazón más insensible! Presidía esta procesión mi venerada Madre Fundadora, llevando en sus benditas manos la prodigiosa imagen de Nuestra Señora del Olvido, Triunfo y Misericordia. Yo iba a su lado cantando la letanía de Todos los Santos; al llegar al antecoro me dijo: hazme el favor de levantarme un poquito el hábito, para que no le pise y me caiga con la sagrada imagen. Así lo hice y al levantarle el hábito vi que llevaba los pies descalzos, las llagas abiertas, que por encima de las vendas salía la sangre y corría por los pies. Como su Rcia. iba la última, cerrando la procesión, no nos habíamos apercibido de lo que vimos después, esto es: que los claustros quedaron regados con la sangre que iba vertiendo de las llagas; y en el coro además de quedar manchado todo el trayecto, se dejó rebalsada la sangre en su sitio de prelada, donde estuvo en pie, mientras las preces y oraciones».

 

Eran tan grandes en nuestra amada Reina Dª Isabel la fe y la devoción de perfecta católica y tan ferviente su amor al ejército, que quiso y dispuso que las religiosas de la Comunidad de mi Madre Patrocinio en Aranjuez bordaran dos banderas, dando por razón a la Sierva de Dios que ya que las religiosas no podían ir a la guerra personalmente, fuesen a ella en este trabajo que les encomendaba, esmerándose mucho en él y bordando en cada uno de los lados, respectivamente, las imágenes de Jesús y María Santísima, dedicándolas la una a la Purísima, Patrona de las Españas y sus Indias, y la otra al Santísimo Cristo de la Palabra y Virgen Santísima del Olvido, en señal de protección y defensa de nuestras tropas expedicionarias. Había en Comunidad una religiosa, Sor Mª Hipólita de Santa Constancia, muy instruida en toda suerte de labores de manos y primorosa en bordados de plata y oro, y la Sierva de Dios le encomendó la dirección de la obra de las dos banderas. Como el tiempo para confeccionarlas urgía, las religiosas todas de la Comunidad, entre ellas la Sierva de Dios, trabajaban de día y de noche, empleando todas las horas que les dejaban libres el rezo del oficio divino y demás actos precisos de Comunidad, y solo dormían, sucediéndose unas a otras, alguna media hora al día. Se distinguieron en esta labor, además de sor Hipólita, las Rdas. MM. Concepción y Filomena y cuatro niñas del Colegio externo. Cuando las terminaron fueron presentadas a la Reina por los Excmos. Sres. D. Atanasio Oñate, conde de Sepúlveda, Don Juan Antonio de Quiroga y D. Isidro de Losa y Cruz, conde de Losa. El entusiasmo que despertaron en Palacio las banderas fue indescriptible y, una vez bendecidas, fueron entregadas a los regimientos designados por Su Majestad».

 

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IMÁGENES Y VIDEOS DE LOS CULTOS DE LA VIRGEN DEL OLVIDO DEL 1 DE SEPTIEMBRE DE 2018

Los Cultos de la Virgen de este mes han sido especiales porque han coincidido en el día y en la misma iglesia con otras tres celebraciones: El retiro de Maternidad Sacerdotal,  las Cuarenta Horas en Honor del Santísimo Sacramento y el triduo de Santa Beatriz de Silva. La música y el coro ha corrido a cargo de los Heraldos del Evangelio.

 

Así estaba de guapa esta mañana la Virgen del Olvido

Virgen3

Estrenaba un manto, que lo ha hecho una devota y se lo ha regalado

Manto3

 

Después del rezo del Rosario hemos hecho una procesión por la iglesia con el Santísimo Sacramento

 

 

Después de la procesión hemos tenido la Bendición…

 

Después de la Bendición, la Santa Misa que ha comenzado el sacerdote incensando el altar y las imágenes de Santa Beatriz de Silva y de la Virgen del Olvido

 

 

Canto durante el ofertorio y la colecta

 

Sanctus…

 

Consagración…

 

 

Comunión…

 

Tras concluir la Santa Misa, canto de la Salve de la Virgen del Olvido

 

 

Hemos acabado con la procesión con la imagen de Santa Beatriz de Silva

 

En las dos procesiones, al paso del Señor y de la imagen de Santa Beatriz una niña iba arrojando pétalos de rosas al suelo

suelo de pétalos

Antes de irnos, hemos venerado una reliquia de Santa Beatriz de Silva.

 

 

 

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